
"Un día, en una pequeña abertura apareció una oruga; un hombre se sentó a observar a la mariposa durante varias horas, viendo cómo se esforzaba para hacer que su cuerpo saliera a través de aquel pequeño agujero.
Llegó un momento en que pareció que la oruga, a pesar de su esfuerzo, no avanzaba nada.
Parecía que había llegado a un punto en que ya no podía avanzar más...
Entonces el hombre decidió ayudar a la oruga y agrandó el agujero. La mariposa salió sin dificultad.
Pero su cuerpo estaba débil, las alas no estaban desarrolladas y las patitas no la sostenían.
El hombre continuó observándola esperando que en cualquier momento se lanzara a caminar y emprendería el vuelo a través de las flores.
Pero nada sucedió. La verdad es que la mariposa pasó toda la vida arrastrándose por el suelo. Fue incapaz de elevar el vuelo.
Lo que el hombre que con toda su buena voluntad quiso ayudar a la mariposa, no entendía es que, al hacer un gran esfuerzo para atravesar el pequeño agujero, los jugos vitales se iban distribuyendo y extendiendo por las partes del cuerpo que requerían fortaleza para volar.
Al pasar el agujero sin ese esfuerzo, las alas no recibieron la sustancia necesaria para desarrollarse y poder cumplir su propósito que es permitir volar a la mariposa.
Algunas veces necesitamos el esfuerzo y la dificultad en nuestra vida.
Si Dios nos permitiera pasar por nuestras vidas sin obstáculos, quedaríamos débiles. No llegaríamos a ser tan fuertes como deberíamos. Nunca podríamos llegar a volar.
Yo pedí fuerza, y Jehová permitió que sufriera para hacerme fuerte.
Yo pedí sabiduría, y Jehová permitió que enfrentara problemas por resolver.
Yo pedí prosperidad, y Jehová me dió inteligencia para subsistir.
Yo pedí coraje, y Jehová me permitió obstáculos para superar.
Yo pedí amor, y Jehová me permitió conocer personas con problemas a quienes ayudar.
Yo pedí favores, y Jehová me dio oportunidades
Yo no recibí algunas cosas que pedí, pero he recibido todo lo que necesitaba.
Vivamos nuestra vida sin miedo, enfrentemos todos los obstáculos y demostremos que podemos superarlos.
“No nos apoyemos en nuestro propio entendimiento
y siempre tomemos en cuenta a Jehová”. Pro 3:1-5
¡Cuanta razón tienes mi hermano! A veces, cuando pasamos por dificultades y pedimos a Jehová que nos las quite, cuando en realidad lo que debieramos pedir es fuerza y sabiduría para aguantar. Si Jehová nos quitara todas y cada una de las dificultades que la vida nos presenta, al final nos sentiríamos incapacitados como la mariposa para poder hacer frente a los retos de Satanás. Muchas gracias por esta información. Un saludo desde Galicia (España)
ResponderEliminarLaura
Laura. Nos alegra que te haya gustado esta entrada. Gracias por visitar nuestro blog y comentar.
ResponderEliminarDebemos pedir a Jehová sabiduría para enfrentar las pruebas y para soportar hasta que venga el fin.
Luego disfrutaremos de sus magnificas bendiciones.
Saludos y besos.
Nelson y Alcida.
Cuanta razón tiene tus palabras, hermano. Todos tenemos que pasar por pruebas que nos van entrenando para lo que se nos viene encima. Esas pruebas nos dan pistas tambien de como anda nuestra fe. Y no debemos olvidar que no debemos sobreproteger a nuestros hijos y darles todo lo que nos piden. Si queremos que ellos estén preparados, entrenémosles como hace Jehová con nosotros. Vayamos al lado de ellos pero no los llevemos en brazos. Tal vez cuando tengan que enfrentarse ante alguna prueba fuerte no estemos ahí para decirles lo que tienen que hacer o decir. Gracias hermano por esta excelente entrada.
ResponderEliminarAsí es Mari. Tenemos que dejar que se desarrollen y nosotros supervisarlos y tratar de criarlos en la disciplina y regulación mental de Jehová. Debemos enseñarles desde chicos a tomar decisiones basadas en una conciencia entrenada por la palabra de Dios.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado esta entrada.
Saludos, se les quiere.